Mascarillas de gelatina para el cabello
Si eres de las mujeres que tiene el cabello ondulado o rizado sabes lo importante que es evitar el encrespado y lucir una cabellera definida para lograr un aspecto arreglado.
En este artículo te explicamos cómo un poco de gelatina puede ayudarte a conseguirlo a un bajo coste ganar brillo y definición en tu cabello.
Mascarillas de gelatina para el cabello
Opción 1
Con la gelatina podemos preparar una excelente mascarilla capilar para cabellos frágiles y quebradizos.
Ingredientes
- 1 cucharada sopera de gelatina en polvo (20 g)
- 1 vaso de agua (200 ml)
- Una cucharada sopera de gel de sábila o aloe vera.
Elaboración
- En un recipiente pequeña introducimos el agua a temperatura ambiente , la gelatina en polvo y la sábila, y revolvemos bien hasta que se disuelva.
- A continuación, encendemos el fuego y calentamos la mezcla durante un minuto, hasta que esté ligeramente caliente.
- La conservaremos en la nevera y podremos usarla como mascarilla al menos una vez por semana, aplicándola durante 10 minutos sobre el cabello mojado.
¿Por qué funciona?
La gelatina es un alimento rico en proteínas, que penetran en el cabello en profundidad para darte textura, volumen, brillo y vitalidad.
Para que sea efectiva debemos aplicárnosla al menos 2 veces por semana.
También deberíamos evitar el uso excesivo del secador, el cual reseca y daña el cabello en gran medida.
Opción 2
Para que la gelatina funcione como deseamos, necesitaremos mezclarla con la crema acondicionadora que usemos siempre después del champú.
Las cantidades serán las siguientes para un acondicionador de unos 300 ml:
- 1 cucharada sopera de gelatina sin colorantes ni saborizantes (20 g)
- 5 cucharadas soperas de agua (75 g)
Elaboración
- Calentaremos el agua del mismo modo que en la receta anterior y removeremos bien los ingredientes.
- La dejamos enfriar y lo mezclamos con el acondicionador.
Recomendaciones:
- Protege el cabello de los rayos solares en las horas del mediodía, en especial si estás en la playa o en la montaña.
- No laves el cabello con agua demasiado caliente, sino más bien con agua tibia, y realiza siempre un último aclarado de agua más fresca.
- Péinate siempre con un peine de púas anchas y con suavidad.
- Seca el cabello al aire libre o bien con un secador pero con el aire templado.