Mascarilla antiedad casera
Con el transcurso de los años nuestra piel va teniendo un cambio tanto interno como externo y van apareciendo arrugas, la piel pierde elasticidad, firmeza y brillo.Todas sabemos que las cremas antiedad que vemos en las publicidades muchas veces son excesivamente caras y no se acomodan a nuestro presupuesto. En este artículo les enseñamos a elaborar tu propia mascarilla antiedad de mantequilla y avena.
El aprovechamiento de los ingredientes que tenemos por casa o incluso la crisis por la que pasamos hoy en día, que nos hace tener muchos menos recursos para aspirar a una buena mascarilla antiedad, nos llevan a lanzarnos a probar este tipo de cremas caseras para prevenir en la medida de lo posible esas arrugas en la cara o marcas de la edad que poco a poco van apareciendo.
Mascarilla antiedad casera
Contenido recomendado
Ingredientes:
- 6 cucharadas grandes colmadas de mantequilla
- 2 cucharadas de harina de avena (procura que no sea la instantánea)
- 1 cucharada grande colmada de aceite de oliva extra virgen
- 1 cucharadita de té de aceite de almendras
Preparación:
- Pon la mantequilla y la harina de avena en un recipiente y llévalo a fuego suave. Caliéntalos hasta que ambos productos se integren.
- A continuación, añade el aceite de oliva extra virgen y el aceite de almendras y deja que la solución se enfríe. Debes conseguir que la pasta tenga una consistencia suave y a su vez pegajosa.
- Por tanto, si notas que quedó demasiado dura, añádele un poco más de aceite de oliva o de almendras.
Modo de aplicación:
- Cuando la mascarilla de mantequilla y avena está a temperatura ambiente, tómala con tus dedos y extiéndela por todo tu rostro, ¡sin olvidar tu cuello! No deberás colocarla en el área de tus ojos ni en los párpados.
- Déjala actuar unos 30 minutos para que sus componentes hagan el efecto deseado y, luego, elimina los restos de la mascarilla anti-edad con agua fría y caliente en forma alternativa, siendo la fría con la que deberás finalizar el tratamiento.
- Por último, seca tu rostro con una toalla limpia y no olvides tonificar tu cutis con tu crema hidratante para evitar que la humedad que le proporcionaste a tu piel se evapore.