La magia y el poder de las mandalas

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Las mandalas son figuras geométricas  alrededor de un centro, las cuales representan la pertenencia de todo al Todo, la unión del macrocosmos con el microcosmos. Los Mandalas son expresiones de nuestra necesidad de unidad, armonía y equilibrio. Cuando estamos pasando por alguna crisis emocional, perdemos nuestra dirección interior, reaccionamos negativamente, necesitamos entonces, descansar, reflexionar y conectarnos así nuevamente con nuestro centro, esa parte divinal que está en nuestro interior.

Muchas personas recuperan su equilibrio psicológico mediante la terapia del arte. Se puede llegar a sentir una gran satisfacción creando un mandala. Hay quienes se impresionan al darse cuenta que su dibujo redondo y simétrico que hizo en forma absolutamente espontánea, se denomina mandala y que su propia historia está reflejada en él.

La magia y el poder de las mandalas

La magia y el poder de las mandalas

Contenido recomendado

1.- El mandala como relajación

Pintar mandalas es una de las múltiples técnicas de relajación orientales, que no requiere de una formación técnica, pues, al ser una expresión del alma, armoniza nuestro mundo interior con el exterior y fluye. Es un centro de energía que nos balancea, armoniza y purifica, propiciando el conocimiento de nosotros mismos, conectándonos con nuestro niño interior, al activar nuestra grandeza, poder y sabiduría.

Pueden trabajarse de dos formas: creándolos o coloreando uno que ya esté construido, con su propia magia y dispuestos para personas de cualquier edad.

La magia y el poder de las mandalas

¿Para qué pintarlo?

  • Los mandalas ayudan a meditar de forma activa.
  • Es una actividad relajante que ayuda a recuperar la calma interna y la tranquilidad.
  • Desarrollan la paciencia.
  • Despiertan los sentidos y la intuición.
  • Ayudan a la coordinación, la expresión y el desarrollo mental; excelente para personas adultas mayores.
  • Potencian la concentración y el autocontrol.
  • Es recomendable para niños pequeños: ayuda a coordinar la vista, la mano y los colores.
  • Es una actividad que no requiere mucho esfuerzo ni conocimientos especiales, de la que se puede obtener grandes resultados, ideal para cualquier tipo de persona.

¿Qué pintar y cómo pintarlo?

La magia y el poder de las mandalas

  1. El primer paso es buscar un sitio tranquilo donde poder relajarse, con música de fondo o en silencio. Es importante sentarse de forma cómoda, con todo lo necesario a la mano, para poder concentrarse en el mandala una vez empiece el trabajo.
  2. La imagen escogida será aquella que inspire algo en ese mismo momento. Los materiales para pintar pueden ser lápices, acuarelas o rotuladores, según como se sienta y lo que quiera pintar. También es recomendable respirar de una forma profunda, rítmica y controlada para ayudar a alcanzar la relajación mientras se trabaje.
  3. Hay dos técnicas principales: La primera es pintar el mandala de afuera hacia dentro;significa que la persona quiere “buscar su centro”, contactarse con la esencia de su subconsciente. La segunda consiste en pintar el mandala de adentro hacia fuera, lo que indica un ánimo de exteriorizar las emociones, de sacar lo que se lleva dentro.
  4. Una vez se empiece a pintar según el método elegido, hay que dejar que la intuición lo guíe: liberar la mente, disfrutar del trabajo y concentrarse en el mandala. La tranquilidad, la relajación y la meditación llegarán poco a poco.
  5. No hay que ser perfeccionista. Lo principal es trabajar según lo dicte el ánimo y la intuición y disfrutar mientras se pinta. Al acabar, es recomendable dedicar unos minutos a contemplar el trabajo,dejar“que el mandala hable”. Es lo que da sentido a lo que se acaba de hacer, que, en definitiva, es encontrarse y pasar un rato con uno mismo.

Mandalas para niños y adolescentes: Los niños son los más sensibles a los efectos de los mandalas, pues todavía no tienen las barreras que nos creamos los adultos. En ellos el pintar es algo natural, están abiertos a todo. Los mandalas mejoran sus capacidades cognitivas y desarrollan su habilidad para solucionar problemas. Incrementan su creatividad, su concentración y su autoestima. Aunque son beneficiosos para todos los niños, el trabajo con mandalas da un resultado especialmente positivo en niños inquietos, nerviosos y difíciles.

La magia y el poder de las mandalas

Mandalas para la tercera edad: Pintar mandalas provoca en la persona de 3ra edad una sensación de tranquilidad y relajación importante, fomentando a su vez la vena creativa que hay dentro de cada uno de nosotros. Genera un espacio de libertad para poder expresarse, donde se refuerza la motricidad; también ayuda a relacionarse cuando se pinta en grupo, se muestra a los demás aquello que se ha pintado; o, al regalarlos, permite establecer un diálogo positivo con los demás. En los casos de enfermedades más graves e incapacitantes, como las demencias, se ha demostrado que la realización de esta tarea favorece la psicomotricidad fina, la relajación y el sentimiento de utilidad y autoestima.

La magia y el poder de las mandalas

Para todos: Los mandalas son útiles para la concentración, para activar la energía positiva, energizar lugares, meditación profunda para elevar el nivel de conciencia, expandir la capacidad de la mente y la memoria. Dentro de una casa mejora la captación de energía y crea un ambiente de armonía y balance. En el negocio atraerá la abundancia y prosperidad. Para la salud, nos protegerá de las energías negativas del entorno y las cambiará a positivas.

Los mandalas ayudan a equilibrar los chakras: en ese caso habrá que elegir el color adecuado dependiendo de la cualidad que se quiere trabajar. El mandala enviará impulsos a los receptores del cerebro donde se procesará y provocará una reacción. Son muchos los beneficios que podemos tomar de un mandala.

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