10 verdades que olvidamos
Es asombroso constatar cuán fácil olvidamos las cosas realmente importantes de la vida. Agendas sobrecargadas y ahogarnos en la rutina, pueden hacer que pongamos el cerebro en piloto automático, es por eso que algunas verdades esenciales de la vida merecen ser repetidas.
A continuación les dejamos una lista que te ayudará cuando necesites un apoyo en tu estado de ánimo.
10 verdades que olvidamos
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1. Estar ocupado no es lo mismo que ser productivo
El éxito no viene del movimiento o la actividad. Viene de enfocarse, de usar tu tiempo de manera eficiente. Tienes las mismas horas en el día que las personas más exitosas del mundo. Úsalas sabiamente. Después de todo, eres el producto de lo que generas, no del esfuerzo que le pones. Esfuérzate en las acciones que te darán más resultados.
2. El éxito muchas veces viene precedido por el fracaso
Nunca experimentarás verdadero éxito hasta que aprendas a aceptar el fracaso. Tus errores construyen el camino para el triunfo al revelarte los senderos equivocados. Los mayores hallazgos se suelen dar cuando te sientes frustrado y atrapado. Es esta sensación la que te impulsa a pensar diferente, fuera de convencionalismos y ver la solución que no estabas contemplando.
El éxito requiere paciencia y la habilidad de mantener una buena actitud mientras se sufre por lo que se cree.
3. El miedo es la fuente no. 1 del arrepentimiento
Al final de la vida, se lamentan más las oportunidades perdidas que los fracasos. No temas correr riesgos. Muchas veces escuchamos a la gente decir “¿Qué es lo peor que te podría pasar? ¿Morirte?”. Sin embargo, no es el peor escenario posible. Lo más terrible que podría suceder es que te dejes morir por dentro y ya no vivir, solo existir.
4. Tu valor viene de dentro
Cuando tu sentido de la satisfacción viene de lo que otros piensen de ti, dejas de ser el amo de tu propio destino. Cuando te sientes bien acerca de algo que has logrado, no permites que las críticas negativas de otros te afecten. Aunque es imposible “apagar” el botón que hace que te importe la opinión de otros sobre ti, puedes no compararte con ellos y siempre tomar sus puntos de vista con cautela. De esta manera, no importará lo que hagan y digan pues tu valor propio vendrá de tu interior. Recuerda, nunca eres tan bueno ni tan malo como los demás piensan.
5. Eres tan bueno como las personas que te rodean
Debes luchar por juntarte con personas que te inspiren, que te ayuden a ser mejor. Pero, ¿qué hay de quienes te jalan al fondo? ¿Por qué los dejas ser parte de tu vida?. Cualquier persona que te haga sentir devaluado, ansioso o que te robe la inspiración, no solo te está quitando el tiempo, también hace que te parezcas a ellos. La vida es demasiado corta para asociarte con personas así.
6. La vida es muy corta
Ninguno de nosotros tiene asegurado el mañana. Sin embrago, cuando alguien muere inesperadamente, hace que reflexionemos sobre nuestra propia vida: lo que es realmente importante, cómo pasamos el tiempo, cómo tratamos a los demás. La pérdida es un recordatorio visceral de la fragilidad de la vida pero no debemos esperar por ella para apreciar lo que tenemos. Recuerda cada mañana cuando despiertes todas las bendiciones que has recibido. El momento en el que empiezas a tratar la vida como un regalo, comienza a comportarse como tal.
Un gran día empieza con una gran actitud.
7. No es necesario esperar una disculpa para poder perdonar
La vida es mucho más sencilla una vez que decides olvidar los rencores y perdonar, incluso a las personas que jamás se disculparon. El resentimiento permite que los eventos negativos de tu pasado arruinen la felicidad del presente. El odio y la rabia son parásitos emocionales que pueden destruir la alegría en tu vida. Las emociones negativas que surgen al guardar un rencor crean una respuesta de estrés en el cuerpo, y esto puede generar consecuencias en la salud. Investigadores de la Emory University han demostrado que el estrés contribuye a elevar la presión sanguínea y las enfermedades del corazón.
Cuando perdonas a alguien no estás condonando sus actos, simplemente te liberas de ser su eterna víctima.
8. Estás viviendo la vida que creaste para ti
No eres víctima de la circunstancias. Nadie puede forzarte a tomar decisiones y hacer cosas que vayan en contra de tus valores y aspiraciones. Tú creaste la situación en la que vives actualmente y de la misma manera, el futuro depende totalmente de ti. Si te sientes atrapado, es porque probablemente temes tomar los riesgos necesarios para alcanzar tus metas y vivir tus sueños.
Recuerda que siempre es mejor estar hasta el fondo de la escalera que quieres subir que en la cima de aquella en la que no quieres estar.
9. Vive el momento
No podrás alcanzar todo tu potencial hasta que aprendas a vivir tu vida en el presente. Ni toda la culpa del mundo no puede cambiar el pasado y ninguna cantidad de ansiedad puede controlar el futuro. Es imposible ser feliz si siempre estás preocupado por otras cosas, incapaz de abrazar tu realidad (mala o buena) del momento.
Se necesitan hacer dos cosas para poder vivir en el momento:
- Acepta tu pasado. Si no haces las paces con lo que has vivido, jamás te dejará y creará tu futuro.
- Acepta la incertidumbre del futuro. Las preocupaciones no tienen lugar en el aquí y el ahora.
10. El cambio es inevitable, ¡abrázalo!
Una vez que aceptes que el cambio encontrarás lo bueno que hay en él. Necesitas tener una mente y brazos abiertos para poder reconocer, y capitalizar, las oportunidades que los cambios crean. Si te quedas hacienda lo mismo toda la vida, seguro fracasarás. Después de todo, la definición de locura es hacer las cosas de la misma manera una y otra vez esperando resultados distintos.
La vida no se detiene por nadie. Cuando las cosas van bien, aprécialas y disfrútalas porque no está lejos el día en que la situación cambie. Si siempre estás en búsqueda de algo más grande, algo mejor, que crees que te hará feliz, jamás disfrutarás los grandes momentos del presente antes de que se vayan.